martes, 26 de agosto de 2008

Mis resúmenes



Carl Orff: Carmina Burana
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Silvio Rodríguez. Ojalá
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***Almanaque Imprescindible LEONOR
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Leonor Fernández Riva
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Este blog ha sido creado para compartir los resúmenes que he realizado de libros y autores que admiro mucho. Espero lo disfruten.
Otros títulos:


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La peste
Obra publicada en 1947
Autor: Albert Camus (1913- 1960)
Premio Nobel de Literatura en 1957. Fallece en 1960 en un desafortunado accidente de tránsito.
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En esta obra, el enemigo está representado por la peste. Una epidemia detectada en la ciudad de Orán se propaga poco a poco y desencadena una era de tortura y sufrimiento mundial. Valiéndose de un flagelo incontrolable que supera al hombre, Camus pone en evidencia la incapacidad absoluta de la sociedad francesa para enfrentarlo y deja al descubierto las miserias, los miedos y las sensaciones de sus pobladores quienes, no obstante, terminan por librar una desgarradora y apasionada lucha a favor de la vida y la protección del ser humano. Esos héroes, a través de sus actos, dan prueba rehaciente de que la solidaridad sí existe. Sus dos principales personajes son: el doctor Rieux, un agente sanitario esencial en la lucha contra el mal, y el padre Paneloux, un clérigo y orador obstinado en extraer consecuencias religiosas del episodio.

En un pasaje de la obra la muerte de un niño sacude vivamente a Rieux. El clérigo Panelux afirma ante este hecho:

“Esto subleva porque sobrepasa nuestra medida. Sin embargo también es posible que debamos amar lo que no podemos comprender”

A lo cual Rieux le rebate con fuerza y pasión: “No, padre. Yo tengo otra idea del amor y estoy dispuesto a negarme hasta la muerte a admitir una creación en la que los niños son torturados".

Paneloux le contesta que él (Rieux) busca también la salvación del hombre, a lo que el médico responde:

“La salvación del hombre es una frase demasiado grande para mi. Y no voy tan lejos. Es su salud lo que me interesa, ante todo”.
A través de estos diálogos se ilustra la dignidad de la ciencia cuando se pone al servicio del humanismo.

La restricción de las libertades humanas es otro de los temas que se desprende de este argumento. Camus levanta en esta obra una poderosa acta de acusación contra los regímenes totalitarios comunistas y contra sus campos de concentración mostrando la trágica inanidad de una filosofía política basada en el sacrificio colectivo y en la renuncia a la libertad.

Es este un clásico del existencialismo, una obra que parece no envejecer porque si bien hace referencia a episodios bélicos que ya son parte del pasado, cobra vigencia ante las premonitorias amenazas que envuelven actualmente a la humanidad en una atmósfera sombría y aterradora.
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El Túnel



Autor: Ernesto Sábato


Gracias a la novela de estructura psicológica que dio un conocer en 1948 bajo el nombre de "El Túnel", el escritor argentino Ernesto Sábato no sólo un cautivo los lectores de todas partes del mundo sino que mereció elogios de destacadas figuras del mundo de las letras, como Thomas Mann y Albert Camus.




El título describe una trama sobre un túnel, pero no uno relacionado con la arquitectura, sino un túnel sombrío que nos transporta por una serie de sentimientos confusos, desesperanza y oscuridad. ¿Por qué escogió esta simbología Sábato? Quizá porque según su percepción la vida se convierte muchas veces en un túnel desolado e interminable. En esta obra que ya ha sido llevada al cine en varias ocasiones, Sábato deja en evidencia la desesperanza, la falta de comunicación y la soledad que, muchas veces marcan nuestra existencia. Esta novela no tiene una conclusión alegre ni un mensaje moral. Sabato tampoco presenta soluciones.

El autor narra la historia a través de un protagonista: Juan Pablo Castel. "Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne" (Sabato p.09). Esta declaración prepara al lector para una historia relatada retrospectivamente. A traves de la narración el lector experimenta el laberinto de frustración en que se encuentra el protagonista y la locura que lo atormenta. El diálogo personal de Castel revela la obsesión que lo guía dentro de su túnel hermético. Sin este monólogo interior, no lograríamos entender la profundidad de sus emociones.
Juan Pablo Castel, es un desequilibrado y obsesionado artista que en el marco de una exposición, descubre una dama prestándole atención a un detalle en el que nadie repara aunque, para él , esa pequeña ventana que atrajo la atención de esa mujer sea precisamente el objeto más importante de la pintura.
Castel se obsesiona con esta chica y decide ir en busca de ella, fantaseando todas y cada una de las posibilidades que tiene para encontrarla. Meses después de pensar alternativas que le permitan encontrarla en la inmensidad de Buenos Aires, Castel consigue hallarla pero pronto la pierde nuevamente de vista. Confiado en volver a encontrarla, vuelve al día siguiente y, por fin, logra establecer contacto con ella.
Esta desconocida que despertó su obsesión responde al nombre de María Iribarne, vive en la zona norte de la ciudad y está casada con un hombre ciego llamado Allende. A partir de ese encuentro, comienza entre ambos una relación que se volverá trágica producto de la paranoia, los celos y la desconfianza de Castel, quien está convencido de que ella, la única persona capaz de comprendr su arte, es una prostituta de tiempo completo que engaña a su marido no sólo con él, sino también con Hunter, un primo de Allende, que vive en una estancia de campo cercana a Mar del Plata.
Luego de encontrarla de manera casual, y después de expresarle sus sentimientos se inicia una relación tormentosa para ambos. Castel solitario e incomprendido, cree encontrar en María la comprensión y el amor que no ha tenido, por ser esta la única persona que ha entendido su pintura. Su obsesión por María es llevada al límite y al final, después de una relación tormentosa, la mata creyéndose engañado. La incapacidad de Castel para comunicarse y la falta de comprensión de María y otras personas lo atrapan dentro de los límites de su propio "túnel".
"Hay un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en el que ha transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida" (Sabato p.97).


El autor dibuja por medio de este personaje intenso y alucinado la infinita soledad del ser humano que inútilmente intenta a través de la vida encontrar esa contraparte afectiva, semejante, absolutamente e incondicionalmente suya. A través de los cuestionamientos del protagonista de su novela, Sabato cuestiona hábilmente la Existencia Humana.


Un túnel y moderno es típico desolado, húmedo y oscuro. Solamente los vagos, los marginados, viven en los túneles. Es dificil imaginar un túnel luminoso, alegre ... La narración es sombría. Es Evidente que el final de un túnel semejante, sin salida, es triste. Y no obstante, al término de la obra el lector siente una especie de liberación.



Travesuras de la niña malaAutor: Mario Vargas Llosa
Género: Novela
Idioma: Español
Número de páginas: 375
Editada en: junio 2008

Un encuentro ocasional durante un festejo de adolescentes en Lima llevara a Ricardo a conocer a "La Niña Mala" e iniciar sin tener conciencia de ello una traumática relación amorosa que copara prácticamente toda su vida y su universo afectivo.
Es esta una novela de amor pero de un amor degradante que depara insignificantes momentos de satisfacción y sí en cambio incontables situaciones signadas por la deslealtad y el desamor. No he podido menos que hacer un parangón con los personajes de "Servidumbre humana", la estupenda obra de W. Somerset Maugham.

Como muchas de las novelas de Vargas Llosa, este relato se mueve en un paralelo geográfico entre París y Lima, con fugaces estadías en Tokio, Londres y Madrid. Ricardo, el personaje "ficticio" de la novela, tiene un único sueño: vivir en París. Con este propósito estudia Leyes y viaja a la capital francesa donde al fin logra establecerse luego de conseguir trabajo como traductor.

En estilo autobiográfico y en primera persona, el autor nos introduce en esta frustrante relación amorosa vivida a saltos y moches en medio de su modesta vida en París y el recuerdo de pasajes pintorescos del ambiente y la política peruana, esa patria lejana en la que no obstante, ya siempre se sentirá un extraño.

Con la primera desaparición de la Niña Mala que cierra el primer capítulo, Vargas Llosa traza el resumen de todo lo que vendrá. Su novela será una sucesión de desapariciones y apariciones de esta mujer, fácil, inteligente, sofisticada y bella, pero sobre todo arribista dispuesta a cualquier cosa por conquistar lo único que le interesa en el mundo: dinero y poder. Ante la permisividad, desesperante a ratos de Ricardo, la protagonista repite una y otra vez el mismo papel de deslealtad y abandono hasta llegar al abandono definitivo deparado por su impostergable cita con la Parca. La danza de encuentros y desencuentros incrementará página a página la intensidad del relato hasta propiciar una verdadera fusión del lector con el universo emocional de los protagonistas.

No es ésta desde luego, una de las mejores novelas de Vargas Llosa, tal vez represente solo un divertimento de su edad madura, pero siempre resulta agradable leer este autor por su soberbio estilo, su castellano impecable, y sus excelentes y amenos diálogos, plagados, es cierto, de peruanismos, pero peruanismos que él ha tornado universales.
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El PrincipitoEl Principito - Autor
Antoine de Saint-Exupéry,

La nostalgia de ese mundo fantástico de la niñez poblado de misterios, de eventos sobrenaturales, de miradas mágicas a los hechos comunes de la vida, de una curiosidad nunca satisfecha por todo lo que nos rodea, se ve reflejada en las páginas de El Principito este pequeño gran libro que de forma tan aparentemente simple como la salida del sol cada mañana, nos introduce sutilmente través de cada una de sus páginas en el pensamiento mágico de la infancia y en los pliegues más profundos de nuestro inconsciente y de nuestros sentimientos.


Antoine de Saint-Exupéry, el piloto de corazón romántico escribe en primera persona este cuento largo que empieza con un desperfecto de su nave en el desierto de Sahara y la aparición repentina, pero extrañamente natural del Principito. Un niño diferente en su aspecto exterior que no obstante, y tal como lo haría otro niño de su edad no parece preocuparse por la inmensidad de ese mar de arena, ni por el agua, ni por la sobrevivencia. No. Al Principito, como a todos los niños, solo le interesan las cosas importantes y lo que anhela es tener el dibujo de un cordero, pero no uno viejo, ni de apariencia de carnero, ni triste. Él solo quiere ese cordero especial que vivirá mucho, mucho tiempo. Su deseo se ve al fin satisfecho al dibujar Antoine de la caja en cuyo interior vive el cordero.

Los deseos de los niños tienen pues una forma original y tierna de ser satisfechos. Los mayores a veces nos sobrepasamos en las respuestas. Los niños poseen un mundo asombrosamente simple en el cual la imaginación llena todos los espacios.

En el diminuto y lejano mundo del Principito vive solo una flor, bella, solitaria, presuntuosa, indiferente a todo lo que ella no mar. El Principito, la ama pero ese sentimiento solo le provocará desazón. Profundamente abatido inicia un viaje que le llevara por mundos distantes y complejos. Al llegar a la Tierra camina por el desierto, sube a las montañas y de pronto en el sendero encuentra un sembrado de rosas, todas semejantes a su flor. "Yo me creía rico con una flor única y no poseo más que una rosa ordinaria -piensa con tristeza-Realmente no soy un gran príncipe". Y tendido sobre la hierba, se pone a llorar.

Al observar su tristeza el zorro le cuenta un secreto: "No se ve bien sino con el corazón-le dice-. Lo esencial es invisible a los ojos. El tiempo que perdiste por tu rosa es lo que hace que tu rosa sea tan importante. Los hombres han olvidado esta verdad. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa ".

- Lo esencial es invisible a los ojos. Soy responsable de mi rosa ... - repite el Principito, a fin de acordarse.

Antoine de Saint-Exupery, halló la muerte en una acción bélica durante la segunda Guerra Mundial. Nunca se econtró su avión ni su cuerpo. Quizá él tambien como El Principito sabía que su cuerpo era demasiado pesado para llegar a su verdadero hogar. Pero dejemos que sea El Principito quien nos lo explique:

- Yo también vuelvo hoy a casa. Es demasiado lejos. No puedo llevar mi cuerpo allí. ¿Comprendes? Es demasiado pesado. Vas a sufrir porque parecerá que sufro. Parecerá que muero. Pero no será así. Mi cuerpo será como una vieja corteza abandonada. No son tristes las viejas cortezas.

Y cuando te hayas consolado (siempre se encuentra consuelo) estarás contento de haberme conocido. Por la noche mirarás las estrellas. Mi estrella será para ti una de ellas. Te agradará mirarlas a todas. Todas serán tus amigas. Tendrás deseos de reír conmigo. Y abrirás tu ventana a veces, así, solo por placer ... Y tus amigos se asombrarán al verte reír mirando el cielo. Y creerán que te has vuelto loco ...








La Rabia y el Orgullo

Oriana Fallaci
Los fundamentalistas religiosos se han atribuido siempre la potestad de interpretar el pensamiento de Dios, al cual encasillan en la estrecha mira de sus deseos y de sus odios. En su nombre se han cometido a lo largo de la historia los más incruentos crímenes.

Ilusamente, se llegó a pensar que el espectro del fanatismo religioso que tanto sufrimiento ocasionó durante el Medioevo, ya había sido desterrado del planeta que tiempos más amables cobijaban a todos los hombres. Error gravísimo. La semilla de un salvaje fundamentalismo incubaba ferazmente en el caldo de cultivo de la ignorancia, el subdesarrollo, el fanatismo y la opresión de pueblos miserables.

El 11 de septiembre del 2001, el mundo presenció horrorizado el cruel atentado de las Torres Gemelas de Nueva York. En esa, que parecía iba a ser una espléndida y plácida mañana del mes de septiembre, Oriana Fallaci, la controvertida escritora italiana residente en Manhattan a unas pocas cuadras del siniestro, fue testigo presencial del acontecimiento que cambiaría definitivamente las relaciones de Oriente y Occidente. Quiso el destino que el Apocalipsis se iniciase una poca distancia de la casa de esta célebre escritora italiana, quien desde hace años venia advirtiendo del inminente peligro.
Como resultado de esta vivencia única brotó candente acusador su libro La Rabia y el Orgullo en cuyas páginas plasma con valentía sus sentimientos. Ideas fuertes. Ideas para reflexionar y razonar. En él no ahorra críticas a los musulmanes. Compara al Islam una una "montaña que en mil cuatrocientos años no se ha movido, no ha salido del abismo de su ceguera, no ha abierto sus puertas a las conquistas de la civilización, no ha querido saber sobre Libertad, Progreso y Democracia."

Con energía fustiga a quiénes se creen a salvo de atentados similares: "indiferentes contempláis lo que ha sucedido en Nueva York. Norteamérica parece estar muy lejos ¿verdad? Y además, entre Europa y América hay un océano ... Pues no, queridos míos. No. El océano no es más que un hilo de agua. Porque cuando está en juego el destino de Occidente y la supervivencia de nuestra civilización, Nueva York somos todos nosotros. América somos todos. Los italianos, los franceses, los ingleses, los alemanes, los austriacos, los húngaros, los eslovacos, los polacos, los escandinavos, los belgas, los españoles, los griegos, los portugueses. Si se hunde América, se hunde Europa. Si se hunde Occidente, nos hundimos todos. Nos hundimos en todos los sentidos. Y en lugar de campanas, muecines encontraremos, en vez de minifaldas, el chador, en vez de coñac, leche de camello ",

Y, dirigiéndose al viejo continente, en referencia a la gran masa de inmigrantes árabes asentados en su territorio: "La libertad no puede existir sin disciplina; los derechos sin obligaciones no pueden existir. Aquellos que no cumplen con sus obligaciones no se merecen sus derechos. ¿Qué sentido tiene defender a los musulmanes y a su cultura o a su presunta cultura, cuando ellos desprecian la nuestra? No puedo sentir respeto por una cultura donde la mujeres cuentan menos que los camellos, donde una esposa puede ser repudiada solo con repetir tres veces la palabra "divorcio", donde no les está permitido estudiar ni trabajar libremente, donde la circuncisión femenina es practicada una vista y paciencia de las autoridades sin importar el sufrimiento y las muertes que esta práctica repugnante y sordida causa anualmente a cientos de niñas ".

" ¡Despertaos, por favor, despertaos de una vez! Intimidados como estáis por el miedo de ir contracorriente, es decir, de ser tildados de racistas , no os dais cuenta de que estamos ante una cruzada al revés ".

"Aunque nuestros huéspedes sean absolutamente inocentes, aunque entre ellos no haya ninguno que quiera destruir la Torre de Pisa o la Torre de Guiotto, ninguno que quiera obligarme el llevar el chador, ninguno que quiera quemarme en la hoguera de una nueva Inquisición, su presencia me alarma. Me produce desazón. Más que es una inmigración, es una invasión efectuada bajo la consigna de la clandestinidad. Una clandestinidad arrogante y protegida por el cinismo de los políticos. Entre nosotros no hay cabida para los muecines, para los minaretes, para los falsos abstemios, para su jodido medioevo, para su jodido chador. Y si lo hubiese, no se lo daría ".

"Afectados como estáis por la miopía no queréis entender que estamos ante una guerra de religión. Una guerra que ellos llama Yihad, guerra santa. Una guerra que quizá, no mira a la conquista de nuestro territorio, pero que ciertamente mira a la conquista de nuestra libertad y de nuestra civilización. Al aniquilamiento de nuestra forma de vivir y de morir, de nuestra forma de rezar, de nuestra manera de comer, beber, vestirnos, divertirnos e informarnos.
¿No os dais cuenta de que los Osama Bin Laden se creen autorizados un mataros a vosotros ya vuestros hijos, porque bebéis vino o cerveza, porque no lleváis barba larga o chador, porque vais al teatro y al cine, música y escuchais porque escuchais canciones, porque bailáis en las discotecas o en vuestras casas, porque veis la televisión, porque vestís minifalda cortos o pantalones, porque estáis casi desnudos en las piscinas o en el mar y porque hacéis el amor cuando os parece, donde os parece y con quien os parece? Lo vengo diciendo desde hace veinte años, indignada con los que no olían el tufo de una guerra santa que se acercaba y con los que les perdonaban demasiado a los hijos de Alá. " ¿Queréis guerra? ¿ Quisiste guerra? Bien. Por lo que a mi respecta hay una guerra que libraremos hasta el último aliento ", sentencia Oriana Fallaci aunque reconoce no obstante, que este es un enfrentamiento qué podría llegar a perder Occidente por su falta de pasión.

La ocupación de Irak y Afganistán dejaron al descubierto facetas desconocidas de la terrible opresión religiosa y de género que sufren las poblaciones árabes. Mujeres lapidadas por su posible infidelidad o confirmada, por leer, por querer estudiar, por enseñar su rostro; hombres condenados a pena de muerte por cambiar de religión; jóvenes cuya alma ha sido envenenada por un odio demencial que les impulsa una inmolarse y a asesinar a cientos de personas inocentes y el ajusticiamiento brutal y despiadado de seres indefensos. Hechos incomprensibles para quienes al otro lado del mundo hemos alcanzado una civilizada convivencia religiosa y de género. Aunque pocos lo quieran reconocer, hoy están enfrentadas dos culturas, la una, anclada en un oscuro pasado oprobioso y, la otra, de frente al progreso, al bienestar ya la modernidad.

Ni las amenazas de muerte ni las acusaciones de racista atenuaron las críticas de la autora contra los "hijos de Alá". "La Rabia y el Orgullo", es un libro que sacude las conciencias e incluso las perturba. Un libro que da mucho juego, que se lee muy rápidamente y despierta el interés porque su "Cuchilla de Occam" es muy afilada. Pero es también el retrato de un alma, el alma de Oriana Fallaci, quien aquejada de un cáncer terminal, que no logró doblegar su espíritu indómito, denunció con valentía y la energía que siempre la caracterizaron, una realidad que pocos se atreven una enfrentar.






Los tres mosqueterosDe Alejandro Dumas


Transcurren las primeras décadas del siglo XVII. La ciudad de París vive un ambiente cargado de conflictos. Su tranquilidad se ve constantemente interrumpida por reyertas de toda índole. Los señores contienden entre ellos, el Rey le hace la guerra al cardenal; el Cardenal conspira contra la reina. Hay ladrones, mendigos, hugonotes, lobos y lacayos que le hacen la guerra a todo el mundo.

En este estado de cosas, un día del mes de abril de 1625 la chusma alertada por un alboroto que no atina a precisar se dirige curiosa hasta el hotel Franc Meunier presintiendo una nueva pendencia. Pero al llegar se topa con una escena caricaturesca.

Así, empieza esta historia. Alejandro Dumas, maestro en retratar a través de su pluma los personajes de sus obras, describe al protagonista de Los tres mosqueteros, como un joven Don Quijote sin cota y sin coraza. Rostro alargado y Moreno, pómulos salientes, ojos abiertos e inteligentes, nariz ganchuda, pero finamente dibujada; demasiado alto para ser un adolescente, demasiado pequeño para ser un hombre hecho y derecho. Al igual que el héroe de Cervantes, Este también tiene su Rocinante, "Una jaca de 12 ó 14 años, sin crines en la cola, pero con gabarros en las patas", obsequio de su padre al abandonar la casa paterna en busca de Fortuna.

"Sois, joven-le dijo su progenitor es tan emotivo momento- debes ser valiente por dos razones: la primera, porque sois gascón; la segunda, porque sois mi hijo. No temáis las ocasiones. Buscad las aventuras. Os he enseñado a manejar la espada; tenéis unas corvas de hierro y un puño de acero; batíos con el menor pretexto ; batíos tanto más cuanto que los duelos están prohibidos y, por consiguiente se necesita un doble valor para batirse ".

Así, y D'Artagnan abandona Gascuña, su hogar natal se dirige a París, teniendo como único patrimonio, los consejos de su padre, su jaca y una carta para el señor de Tréville capitán de mosqueteros. En una época en que todo el mundo entiende de caballos, un D'Artagnan, que ese es el nombre de este otro Quijote, "no se le ocultaba el ridículo que, por buen caballero que fuese, le deparaba semejante, montura".

Al llegar a la hosteria y molesto por la burla de que cree ser objeto, la emprende contra el culpable y obtiene a cambio de su furor una tremenda golpiza de parte del hospedero y de sus sirvientes produciendo el tremendo alboroto que rompe la rutina de la tarde y atrae a la chusma.

A partir de su aparatosa llegada, su temperamento vivaz y fácil de encender le hará vivir una serie de lances que lo llevaran a enfrentarse en duelo con los tres mosqueteros: Athos, Porthos y Aramis. D'Artagnan les demostrará su valor, y la inicial rivalidad se convertirá de inmediato en una entrañable amistad que tendrá un lema de honor: "Uno para todos y todos para uno". Luego de su valerosa actuación en el asedio de La Rochelle, D'Artagnan es aceptado al fin en el cuerpo de mosqueteros. Así, este modesto y arrojado gascón, recién llegado de provincia, ignorante absoluto de las costumbres de la realeza, de su boato y de sus intrigas, conocerá ese mundo y se verá envuelto junto a sus amigos en una peligrosa conspiración.

Es imperioso salvar a Ana de Austria de las intrigas del Cardenal Richelieu, que la odia y desea ponerla en evidencia ante el Rey, descubriendo la relación amorosa que sostiene con George Villiers, el duque de Buckingham. Para lograrlo, los mosqueteros deberán recobrar, aun a costa de su propia vida, los herretes de diamantes obsequio del rey a la soberana que ésta ha entregado como recuerdo un su amante. En esta misión acometerán mil peligros vivirán y otras tantas aventuras al enfrentarse al Cardenal y Lady Winter, Milady, bello personaje, pero astuto, siniestro y letal.

Esta novela mezcla personajes reales e imaginarios del siglo XVII en una trama cuyo interés nunca decae. De la pluma magistral de Dumas y a lo largo de cada una de sus páginas disfrutaremos las vivencias, el romance, la intriga, la traición y el misterio de una época deslumbrante de la monarquía francesa durante el reinado de Luis XIV y su sagaz, poderoso, e intrigante Primer Ministro, el cardenal Richelieu. Lo apasionante de la historia, las admirables descripciones y los diálogos fluidos y perfectos, nos introducirán completamente en el argumento y no podremos abandonar la lectura sino hasta el sorpresivo y estremecedor desenlace final.
Este libro marcó poderosamente mi apego a la lectura; hace parte de mis libros de cabecera y con singular deleite he vuelto releerlo encontrando un renovado encanto en la trama, los diálogos y los inolvidables personajes. Su lectura es un regalo a cualquier edad, pero creo que a mi adolescencia le habría faltado mucha magia y aventura si no lo hubiera leído en esos lejanos días. Por eso creo que es un gravísimo pecado no hacerlo conocer a nuestros jóvenes .


El príncipe


Nicolás Maquiavelo (Florencia 1469 1527)



El Príncipe es sin duda la obra más leída y discutida, más ensalzada y vituperada, amada y más odiada de la literatura política de todos los tiempos. Maquiavelo la escribió de corrido entre julio y diciembre de 1513. La dedico a Lorenzo de Médicis, sobrino del Papa León X, pero parece que se inspiro en César Borgia. Hay quienes piensan en cambio, que se inspiró en Fernando II de Aragón, Príncipe de Gerona y Sicilia, quien al casarse con Isabel de Castilla formó junto a ella el fecundo reinado de los Reyes Católicos.


...Se inicia la obra en la Florencia del siglo XV, tras la expulsión de los Medici de la ciudad, la posterior caída del dictador y fanático monje Girolamo Savonarola y la colocación en la Plaza della Signora del coloso David, de Miguel Ángel.


En la época en que este libro fue escrito Italia era gobernada por déspotas y mercenarios. Maquiavelo Intuye que la moral y los valores tradicionales no se ajustan a la cambiante e inestable Europa renacentista y plantea un cambio en la política de gobierno. Rechaza la virtuosidad en los gobernantes por considerarla inútil en esas circunstancias y propone un método más pragmático para el príncipe que logre gobernar la nación italiana.


Toda su obra política se centra en "El arte de conquistar el poder". La razón suprema es la razón de Estado. El Príncipe o Gobernante en cuanto conquistador y dueño del poder está exento de toda norma moral. Lo importante es que tenga las condiciones naturales como para asegurar su conquista y su posesión, "Que sea astuto como la zorra, fuerte como el león". El príncipe que quiera conservar el poder "Debe comprender bien que no le es posible mirar como los hombres virtuosos uno, puesto que a menudo para conservar el orden de un Estado estará precisado a obrar contra su fe, contra las virtudes de la Humanidad y aun contra su religión ". El bien común radica en el poder y en la fuerza del Estado, y no es subordinable en ningun caso una multa particulares (por muy sublimes que se consideren).



La obra se compone de veinteseis capítulos. Los primeros nueve responden a la cuestión "¿Cómo se crea y se forma un principado?". Maquiavelo analiza en ellos la Naturaleza y clases de principados, como también las condiciones para crearlos, mantenerlos y consolidarlos. "Un príncipe natural no necesita ofender porque tiene menos causas para ello y es amado más ". "Por Numerosas que sean sus tropas requiere también la" voluntad de los habitantes para poder ocupar una provincia ". "La guerra no se evita por aplazarla y cuando Se aplaza Es una ventaja para el enemigo".

En un segundo bloque contempla las cualidades que deben guiar las acciones de los príncipes y los recursos psicológicos que Debe atesorar un príncipe moderno para conservar el poder. ¿Cómo gobernar las ciudades o principados que antes de ser conquistados se regían por sus propias leyes? En este punto Maquiavelo es lapidario: "Arruinándolos o fijando su residencia en ellos y dejandoles sus leyes". "No obstante -sentencia-, un príncipe corre a su propia ruina si quiere llegar a ser absoluto, especialmente si no gobierna por sí mismo". "Un príncipe prudente debe conducirse de modo que en todo tiempo y trance sus súbditos hayan estén persuadidos de que le necesitan y no pueden pasar sin él. Así siempre le serán fieles ".


En los capítulos XII y XIV trata sobre el aparato militar. En ellos aborda los riesgos inherentes a a las tropas mercenarias tan habituales en su época y habla sobre las obligaciones del Príncipe. "No pueden existir buenas las leyes, sin buenos ejércitos". "Debe pues, un príncipe no tener otro objeto ni otro pensamiento, fuera de la guerra, porque este es el único arte que corresponde a quien manda". Pero son indispensables las "Armas Propias", pues sin ellas se halla a merced de la fortuna y sin recurso alguno contra la adversidad".


Capítulo especial dedica Maquiavelo a las cualidades y defectos del Príncipe y l a manera en que estos inciden en su Gobierno. "Ha de saber evitar aquellos vicios cuya infamia le pueden acarrear la pérdida de su mando. Aquellos que puedan dominarle. Pero no hará caso de las censuras que le hagan por las maldades que le ayuden un vigorizar su poder. Porque examinándolo bien, siempre habrá virtudes que si se las aplicase producirían su ruina y vicios y bellaquerías que, puestos en práctica le proporcionarán provecho y felicidad ".
En un párrafo apunta: "Cuando se halle en necesidad de imponer la pena de muerte, manifieste los motivos que tuviere y sobre todo, no toque los bienes de los condenados porque es preciso confesar que más pronto olvidan los hombres la muerte de sus parientes que la pérdida de su patrimonio ". En otro: "Tan útil es perseverar en el bien cuando no hay inconveniente, como saber desviarse de él si el interés lo exige".


En un cuarto bloque desde el capítulo XXIV hasta el XXVI, la articulación teórica del texto alcanza su plenitud. Y es que, el autor empieza describiendo los diferentes tipos de principados. su objetivo es hablar del "príncipe nuevo", es decir, del hombre que llega a dirigir un Estado por factores como la propia virtud, la buena fortuna, el favor del pueblo o la colaboración militar de otros príncipes. Para cada uno de estos casos, expone Maquiavelo causas y motivaciones, analiza posibles peligros y desequilibrios del poder o de las relaciones de éste con los súbditos y con los nobles o magnates del Estado. Mantener el poder requiere un gran esfuerzo y una gran destreza que no todos los hombres poseen.

Las ideas de Maquiavelo marcaron el inicio de la política como la conocemos hoy en día. Se afirma que todo gobernante real que no siga sus consejos no podrá mantener su poder durante un largo periodo de tiempo. La frase. "El fin justifica los medios", atribuida a Maquiavelo está implícita en toda la obra. "Lo que importa es allanar todas las dificultades para mantener la autoridad. Los medios, sean los que fueren, parecerán siempre honrosos y no faltará quien los adopte.

El mérito fundamental de toda la obra de Maquiavelo y en particular de El Príncipe fue haber sentado las bases para el posterior desarrollo de la ciencia política moderna. Representa una interesante disertación que ayuda a comprender la evolución social y política del mundo del Renacimiento. Leer El Príncipe es enfrentarnos al triunfo del espíritu renacentista sobre la religión, como también bordear el lado más creador y sombrío de los hombres en la ardua e inconclusa tarea de alcanzar el perfeccionamiento de la conciencia humana y de la sociedad. Desde el año de su publicación hasta hoy ha suscitado las más complejas y atrevidas interpretaciones en los Estudios sobre el fenómeno del poder y sobre los gobernantes mismos.

Nicolás Maquiavelo murió en Florencia el 22 de junio de 1527 a la edad de 58 años. "El Príncipe", considerada una obra maestra de la literatura universal, fue publicada en forma póstuma en 1532.


Carta a un niño que no llegó a nacer




De Oriana Fallaci









"Anoche supe que existías: una gota de vida que se escapó de la nada. Estaba yo con los ojos abiertos de par en par en la oscuridad y, de pronto, en esa oscuridad, se encendió un relámpago de certeza: sí, estabas ahí. Existías ".


Oriana Fallaci, la gran escritora nacida en Florencia, Italia en 1932, describe en esta tierna y desgarradora "Carta a un niño que no nació", escrita en 1978, esa sensación de amor y a la vez de remordimiento que sentimos algunas mujeres al traer a la vida a un ser al que no le podemos asegurar la felicidad; un ser que quizá un día nos reprochará con amargura: "Quién te pidió que me trajeras al mundo, por qué me trajiste, por qué?" Un embarazo difícil por ser, además de madre soltera, una exitosa profesional cuyos planes se truncan ante el anuncio imprevisto de este hijo no planificado. "Mi amiga dice que estoy loca al querer conservarte , ella que está casada ha abortado cuatro veces en tres años". Esa cruel alternativa es considerada también fugazmente por esta mujer inteligente: "En la tiniebla que te envuelve ignoras hasta que existes. Yo podría deshacerme de ti, y tú nunca lo sabrías. No tendrías la posibilidad de llegar a la conclusión de si te he hecho un daño o un regalo. Pero nada es peor que la nada hijo. Lo verdaderamente malo es nunca existir ".



Pero el poderoso instinto materno triunfa sobre el raciocínio intectual y lógico de esta mujer excepcional, y entonces, la mujer madre, trata de proteger a su hijo, aun en contra de su propia voluntad ". Empieza así, a lo largo de su breve embarazo, un monólogo desgarrador y tierno con ese ser tan extraño ya la vez tan suyo, que ha tomado posesión de sus entrañas. "Ciertamente, tú y yo formamos una extraña pareja, hijo. Todo en ti depende de mí, y todo en mí depende de ti: si enfermas, yo enfermo y si muero, tú mueres. Pero extrañamente, no puedo comunicarme contigo, ni tú conmigo ". "Ahí adentro ignoras lo qué es la esclavitud. Aquí afuera, en cambio, tendrás mil amos. Y el primer amo seré yo que, sin quererlo - tal vez sin darme cuenta siquiera-te someteré un imposiciones que para mí son justas, pero no para ti. Tu encuentro con el mundo será un llanto desesperado. En los primeros tiempos solo conseguirás llorar. Pasarán semanas y hasta meses antes de que tu boca se abra en una sonrisa.
"Serás un hombre o una mujer? Quisiera que fueses mujer. Ser mujer es fascinante, es un desafío que nunca te llega a aburrir. Tendrás que batirte para demostrar que dentro de tu cuerpo liso y redondeado hay una inteligencia pidiendo a gritos que la escuchen. Te obligaran a batirte y a menudo, casi siempre, perderás. Pero no debes desanimarte. Luchar es mucho más hermoso que vencer; viajar, mucho más divertido que llegar. Sí. Espero que seas mujer, no me hagas caso si te llamo niño "
" Pero si naces varón, me sentiré igualmente contenta y más tal vez, porque te verás libre de muchas humillaciones, de muchas servidumbres, de muchos abusos. Naturalmente, te corresponderán otras esclavitudes, otras injusticias. ¿Sabes? Tampoco para un hombre es fácil la vida. Y sin embargo, o precisamente por eso, ser hombre constituirá una aventura maravillosa, una empresa que jamás te decepcionará. "Te he comprado una cuna. Después de comprarla recordé que, según dicen algunos, poseer una cuna antes de que nazca el niño trae mala suerte. Pero las supersticiones ya no me afectan ".

Y sin embargo, sucede algo, la madre deja de sentir la presencia del hijo. Visita al médico y sus palabras cordialmente indiferentes, la hunden en la pesadumbre: "Tiene usted razón, desde hace por lo menos dos semanas, tres quizá, ya no crece. Ánimo, no hay más remedio. Ha muerto ".
Desde el fondo de su corazón le parece escuchar la voz de su hijo: "¿Por qué debo de existir mamá? ¿Cuál es la finalidad? En mi universo, que tú llamas huevo, existe esa finalidad: nacer. Pero en tu mundo la finalidad es morir, la vida es tan solo una condena a muerte. Y yo no veo por qué tengo que salir de la nada para regresar a la nada ". Martillante y cruel, surge dolorosa la pregunta que ya nunca podra tener contestación: "Habré sido yo, hijo, la que te decepcione de la vida y te impulso al suicidio?


Oriana Fallaci describe en esta breve pero apasionante historia de un embarazo no deseado esa cruel alternativa que experimentan tantas madres solteras alrededor del Mundo. Un libro que se lee de un tirón y cuya lectura de seguro aclarará muchas dudas en aquellas mujeres que están próximas tomar un una decisión que de una u otra manera marcará su vidas.


Al final del relato la madre comprende que el dolor indescriptible por ese hijo que no nació, solo es un hecho aislado dentro de la vorágine de la reproducción humana: "Ahora ya no estás. Sólo hay un frasco de alcohol dentro del cual flota algo que no quiso convertirse en hombre o en mujer. "¿Por qué debiera hacerlo?" Me preguntaste. ¡Pues porque la vida existe niño! Pero en algun otro sitio nacen mil, cien mil niños, madres y de niños futuros. La vida realmente, no te necesita ni a ti ni a mí. Tú estás muerto y tal vez muera yo también. Pero no importa, hijo, porque la vida nunca muere ".






Elogio de la locura















Erasmo de Rotterdam nació en Rotterdam el 28 de junio de 1469. Fue hijo natural de Margarita y Gerardius de Prael. Un nacimiento ilegítimo y además, sacrílego, porque Gerardius era sacerdote. En su juventud perteneció fugazmente a la orden de los agustinos, pero la vida monástica no era para él.

Fuera del convento, Erasmo se dedicó a viajar ya enseñar, actividades que le permitieron entablar relaciones con altas personalidades de la realeza, la iglesia y otros pensadores. Tenía una gran habilidad para resultarle agradable a todo el mundo. Cuando en 1497 Tomás Moro lo presentó al rey Enrique VII, Erasmo lo deslumbró, como a todos los poderosos, por lo amable y simpático. El Elogio de la Locura es la primera manifestación dentro de la literatura europea, de la separación entre inteligencia laica y visión eclesiástica del mundo.


En su obra, Erasmo percibe claramente que lo irracional, ya se trate de ilusión, amor, un ideal o la codicia, es imprescindible para la vida. En este delicioso monólogo se complace en demostrarlo. "No lloré al nacer, expresa la locura, sonreí a mi madre graciosamente. Me amamantaron la Embriaguez, hija de Baco, y la ignorancia, hija de Pam. Están en mi Séquito, junto con el Amor Propio, la Adulación, El Olvido, La Pereza, la Voluptuosidad, El Aturdimiento y la Molicie, además de dos dioses: Como y Morfeo. Con ellos gobierno a quiénes gobiernan a los demás ".
"La primera edad de la vida es la más feliz. Ese encanto nace de la aureola de locura con que la Naturaleza adorno la frente del recién nacido. En cuanto avanza la edad, los humanos se apartan de mí, la vida se aleja de ellos y pronto llegan a la rezongona vejez. La vejez sería nsoportable para los hijos de Adán si no yo estuviera allí para auxiliarlos. Yo, en lo posible, los vuelvo a la infancia ". "No hay nada más extenuante que la intimidad con un viejo que mantiene, además de la experiencia, el vigor de la inteligencia y la nitidez del entendimiento. Por eso es que otorgo el beneficio de hacerlos chochear.
La locura es la única cosa que suspende la juventud en su fuga y atrasa la llegada del último día. Estúpidos mortales que pedís a Medeas, Circe, Venus y La Aurora una segunda juventud. ¿No os dais cuenta de que yo solo puedo proporcionarla? ".
"Como era preciso que el hombre tuviese al menos una pizca de razón, aconseje a ¡Júpiter que le proporcionará una mujer! Ese animal inepto y loco, gracioso y complaciente, cuya compañía atempera en la intimidad lo que el hombre tiene de austero. No creo que las mujeres se sientan agraviadas porque las llame locas, yo soy mujer también. ¿No es acaso la locura, a quien ellas deben ser más dichosas que los hombres? "
" La vida está hecha de tal modo que cuanto más locura se pone en ella, más se vive. La tristeza es la muerte. Sin los goces que proporciono, no hay nada tan penoso como la existencia. ¿Cómo sería la vida si le quitáramos el placer? El propio Sófocles nos dice: "Únicamente la ausencia de la Sabiduría hace grata la vida".

En otro lugar el autor cita las escrituras sagradas: Capítulo Primero Eclesiastés: "Infinito es el número de locos". Jeremías: "Todo hombre ha enloquecido por su propia sabiduría". Y el salmista: "Señor no os acordéis de las faltas de mi juventud, ni de mis errores ..." Con sarcasmo cuestiona El sin sentido en que han convertido sus vidas los teólogos, sabios, sofistas, filósofos y gramáticos. Crítica a la Iglesia, a los cardenales, a los pontífices impíos "que por su silencio, permiten que se olvide a Cristo, derramando a torrentes la sangre cristiana". Nadie se salva. La obra termina con la misma picardía con la que empezó: "Si creeis que digo disparates o hablo de más, recordad que soy la locura y mujer, que es peor aún.
Observo que muchos esperan una conclusión. ¡Tienen que estar archilocos para creer que recuerdo una sola palabra de todo este fárrago! Aborrezco al oyente que recuerda todo. ¡Adiós, entonces! ¡Adiós pues ilustres prosélitos de la Locura !""".


El Elogio de la Locura, es una obra maestra de la paradoja y el sarcasmo. Erasmo de Rotterdam no solo se propuso divertir sino lanzar un llamado de carácter ético religioso a sus contemporáneos. Fue uno de los humanistas que cambiaron el pensamiento europeo en la etapa del Renacimiento. Mantuvo una amplia correspondencia con Lutero, pero no coincidió en todo con sus ideas. Su fallecimiento ocurrió en julio de 1536.



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