domingo, 24 de enero de 2010

Adiós a las armas


Obra publicada en 1929
Autor: Ernest Miller Hemingway ( Oak Park, 21 de julio de 1899- Ketchum, 2 de julio de 1961).

El 2 de julio de 1961 Hemingway se disparó a sí mismo con una escopeta. Se presume que la posible causa de su suicidio se debió a la enfermedad de Alzheimer que le fuera diagnosticada poco antes de tomar esta fatal determinación, como también a su carácter depresivo.



En "Adiós a las armas", cuyo título está inspirado en un verso del poeta George Peele, Ernest Heminway dibuja la degeneración de la condición humana en una situación bélica. La declinación que se presenta ante una serie de acontecimientos que van agotando su resistencia: la lluvia, el cólera, soldados que se mutilan a sí mismos para no ir a pelear y la claudicación progresiva de personajes que al empezar el conflicto aparecen activos y llenos de vida.
Una obra basada en la guerra -sinónimo de enfrentamiento, dolor y muerte-, no puede caracterizarse precisamente por escenas agradables, pero en su desarrollo sí pueden ocurrir situaciones vinculadas a la nobleza, la solidaridad e, incluso, el amor. En medio de esa vorágine, aparece en efecto, una señal esperanzadora: el amor. El vínculo que llegan a establecer, en la Italia de la Primera Guerra Mundial, un soldado (Frederick Henry) y una enfermera llamada Catherine Barkley.

Amor y desesperación se unen constante e intensamente hasta el final. Catalina muere al dar a luz el hijo de ambos nacido fuera del matrimonio. Cada suceso, cada avance en la destrucción y el conflicto revisten a la novela de una mayor vitalidad. Después de la derrota de Caporetto, Henry, completamente desengañado, decide seguir sus propios ideales. Abandona a sus amigos, su responsabilidad como oficial y la total complejidad de la vida social organizada, representada ahora por el ejército y la guerra. Su adiós a las armas se lleva a efecto sin previa solicitud ni permiso. El teniente Henry deserta. Este pasaje de la novela resulta profético en relación a la futura conducta de Hemingway. En efecto, en esa época se verifica el retiro del autor a la isla de Cuba. Retiro que durará veinte años.

Como podrá advertir más de un experto en literatura que conozca la vida de Hemingway, este libro posee un fuerte perfil autobiográfico. Durante la Primera Guerra Mundial, el novelista fue conductor de ambulancias de la Cruz Roja y, en 1918, terminó herido de gravedad tras un ataque de la artillería austríaca. Tiempo después, mientras se recuperaba en un hospital de Milán, Ernest se enamoró de Agnes von Kurowsky, una enfermera que no correspondió su amor.
En 1939 al estallar la Segunda Guerra Mundial su destino fue el mar de Las Antillas y su misión, patrullar con el fin de capturar barcos de bandera nazi. En 1944 viaja a Europa como corresponsal de guerra, participa en misiones aéreas de reconocimiento en Alemania y forma parte del desembarco en Normandia, siendo uno de los primeros soldados en entrar en París. Hasta 1950 no vuelve a escribir. Al otro lado del río y entre los árboles fue su primera publicación después de aquellos turbulentos años de guerra a la que seguiría El viejo y el mar.

De “Adiós a las armas” se han hecho diversas adaptaciones cinematográficas. No duden en dejarse atrapar por las páginas de ese libro que, por las características de su trama, es capaz de impresionar a cientos de lectores.



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