miércoles, 8 de septiembre de 2010

Jardines de Kensigton de Rodrigo Fresan


Rodrigo Fresán Buenos Aires; 1963. Escritor y periodista argentino.

James Matthew Barrie autor de Peter Pan, anotó en sus Notebooks un deseo que, en sus predecibles consecuencias, sólo puede ser comprendido como una maldición: "Dios fulmine a todo aquel que escriba una biografía sobre mi persona".
No obstante, esta maldición parece no haber surtido efecto sobre sus biógrafos ni tampoco sobre Rodrigo Fresán, cuyo libro fue elogiado por la prensa española, cosechó el premio Lector Independiente al mejor libro del año en el 2003 y acabó como finalista de la Fundación José Manuel Lara Hernández.
Quizá la explicación a la poca efectividad del anatema del autor de Peter Pan, sobre Fresán puede explicarse porque éste no escribió una biografía en sentido estricto, sino que utilizó las extraordinarias circunstancias de su vida para contar una historia en la que esta vida sólo ocupa una de las líneas argumentales, ya que la otra es ocupada por los Swinging Sixties (lugares de intercambio de sexo) londinenses.
La trama tiene realmente como tema principal la imposibilidad de evitar envejecer en una cultura que ha adoptado la aspiración de una eterna juventud como dogma paradójico, ya que la ciencia se ocupa de prolongar la vejez pero no presta igual atención a la preservación de la infancia.
Como biografía de Barrie está obra es muy interesante o más bien, genial. Fresán escribe con un personal sentido de la poética. Si la obra resulta memorable, es también porque está teñida de poesía. El libro está lleno de reflexiones, párrafos que me llegaron mucho (que hablan del oficio del lector, del creador, de crecer o madurar...) Como he apreciado en las obras de otros autores, Fresan tiene también la tendencia a divagar sin que esto le aporte a su obra (varias páginas dedicadas a citar los invitados a una fiesta) sino que más bien le resta puntos a una novela que a momentos nos despierta el interés, o nos saca de quicio o nos emociona... o nos aburre ( esto último, especialmente cuando se refiere a temas que no tienen que ver con Barrie).
En definitiva una obra con el sello de irrealismo lógico característico de Fresan que él define así: "Tal vez mi estilo sea, sí, el de la digresión". Debo confesar que me costó un poco llegar al final a pesar del interés especial que sentía por leer sobre el enigmático autor de Peter Pan, un cuento y una fantasía de la cual como Michel Jackson también me confieso cautiva.

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